El Pulki dialogó con Sergio Dumrauf, de la Corriente Agraria Nacional y Popular (CANPO). Con sencillez y claridad, Dumrauf nos contó cómo surge la CANPO, y nos ilustró sobre quién se queda con la renta agropecuaria, la necesidad de la regulación del Estado y la situación de los pequeños y medianos productores de la región de La Plata.
La CANPO nace en 2008, en la discusión por la Resolución 125, a partir de la iniciativa de un grupo de productores, técnicos, extensionistas, etc. vinculados a las actividades agropecuarias y enroladas en el Proyecto Nacional y Popular. Surge sosteniendo una visión contrapuesta a los intereses concentrados que se expresan a través de la autodenominada Mesa de Enlace. Planteando la necesidad de plantear, desarrollar y proponer visiones alternativas al modo de producción representado por las cuatro entidades que componen esa Mesa.En la región de La Plata y Gran La Plata, la CANPO viene trabajando en distintas formas de organización mediados de 2009.
Hay una gran diferencia entre nosotros y lo que
es la agricultura empresaria, el agro negocio, representada por la Mesa de
Enlace, que es la que da la discusión más ideológica. Uno puede conocer a los
de la Sociedad Rural, a Buzzi de la Federación Agraria, que son más mediáticos.
pero detrás de ellos están los intereses muy fuertes de corporaciones
económicas muy grandes como Cargill,
Bunge; Nidera, ADM, es decir los principales exportadores que se llevan la
mayor parte de la renta generada por la soja, el maíz, la ganadería, el trigo,
o la lechería, aplicadas en formas de producción extensiva que vienen desde
1880.
Por nuestro lado hay una gran cantidad de
productores familiares de la agricultura familiar que tiene que ver con la
producción de los alimentos que consumimos todos los días. En la zona del Gran
La Plata hay más de 3.000 productores que, en la antípoda de los grandes
exportadores, sin embargo también están “invisibilizados”. Son aquellos que
todos los días hacen las verduras que
consumimos, no sólo para la zona de La Plata sino para toda el área
metropolitana del gran Buenos Aires. Son productores que están invisibilizados,
no se los conoce, y son los que se quedan con una parte bastante pequeña de la
renta que ellos mismos generan. La mayor parte se la llevan los mercados
concentradores, los acopiadores, toda la cadena intermediaria. En ese sentido
nosotros planteamos por un lado, para el mercado interno buscar otras
alternativas que reemplacen la concentración minorista –de hecho hoy día las
cadenas de supermercados venden el 60, o 70 % de los alimentos de todo el país-,
y para lo que tiene que ver con la comercialización externa, la posibilidad de
generar una Agencia Nacional de Comercialización, que recupere la línea
histórica y económica de lo que era la Junta Nacional de Granos. Es decir, la
posibilidad de que el Estado se meta en la regulación del Comercio Exterior. Que
no sean las empresas por sí mismas, ellas solas las que plantean las
condiciones, los tiempos, los precios, etc., y que se lleven la mayor tasa de
ganancia. Que el Estado pueda regular y de alguna manera beneficiar a los
pequeños y medianos productores, de los que nosotros hablamos cuando decimos “agricultura
familiar”.

Nosotros venimos trabajando ya hace tiempo con
Julián Domínguez, de hecho cuando él fue ministro de Agricultura le dio un gran
apoyo a la CANPO, y generó un acto en el Luna Park, en 201, con la Presidenta,
y ahí le entregamos una serie de propuestas, una de las cuales tiene que ver
con la comercialización de granos y oleaginosas, que tiene que ver con la Junta
Nacional de Granos, pero no hay todavía un anteproyecto definido. De hecho
también el gobernador de Entre Ríos Sergio Urribarri ha hecho por su parte una presentación; una Senadora del sur
también planteó el tema, y un sector de Federación Agraria -de una línea opuesta
a la de Eduardo Buzzi- también han planteado este tema. Lo que se está
empezando a poner en la agenda política es la necesidad de la regulación; sea a
través de una Agencia, de una Empresa del Estado, de la manera que sea, pero
que de alguna manera el Estado, pueda ir regulando el comercio exterior de modo
que beneficie a los agricultores familiares y a los consumidores, aunque sea
con algunos productos emblemáticos como puede ser el trigo.


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