lunes, 28 de abril de 2014

El Olimpia es del Pueblo… qué duda cabe

Áquila non capit muscas
Por Lucio Pedro Aberastain Ponte
La demonización de las juventudes (de los jóvenes) que piden y ganan espacios en la política, también en los ámbitos de lo social, en los barrios y en las instituciones barriales, en actividades de distintos alcances e intensidades, circunscriptas o no a diferentes desarrollos territoriales, es una constante.
El ariete que usan los medios hegemónicos de la prensa vernácula para socavar la imagen de cualquier emprendimiento que tenga que ver con la intervención juvenil, es el armado de burdas operaciones de desprestigio; apelan para ello a difundir testimonios faltos de sustancia, por lo general esgrimidos –así ocurre en la mayoría de los casos- por ilustres desconocidos o por conocidos desprestigiados.
Es moneda corriente que desde los medios del Grupo Clarín se ataque sistemáticamente a organizaciones como La Caámpora, a sus miembros más preponderantes y a sus militantes de base, enrareciendo u objetando todas y cada una de sus intervenciones en la vida social.



 

El caso Olimpia 

Desde hace un año, el Club Olimpia del Barrio platense Los Hornos está en la consideración de algunos medios y con cierto predicamento en la redes sociales; todavía más a partir de la cruda emergencia devenida del luctuoso desastre ocurrido en la capital bonaerense por la inundación del 2 y 3 de abril del 2013.
No se trata de una situación de denuncias cruzadas, de un ir y venir de pases de factura. Se trata, sí, de un claros ataques a las autoridades constituidas de esa institución de barrio, que empezaba a encontrar salida a las potencialidades adormecidas.
Y fue a partir de la llegada de una pléyade de jóvenes que se acercaron a la institución para aportar sus experiencias en desarrollos sociales en los barrios, y munidos de conocimiento en lo que hace a la vida política estudiantil (universitaria y secundaria).
No cuadró, desde el principio, que militantes interesados en dotar de vida deportiva, de obras, de refacciones y de saneamientos al Olimpia (como beneficios concretos y directos para sus asociados) hicieran sus desarrollos creativos en ese ámbito de la Avenida 66 y 142. 
Y es que no cuadró en y para la mentalidad de quienes habían exhibido el galardón de ser “la máquina de impedir” en el seno de la institución.
Los jóvenes que empezaron a activar política institucional en el Club Olimpia, dotaron al lugar con, como ya se dijo, una batería de obras a través de jornadas de trabajo solidario y comprometido.
Se abrió el Club a prácticas deportivas, federadas y controladas en todos los aspectos operativos y funcionales. Se abrió la entidad a los controles sanitarios extendidos a la población circundante con marcado sesgo y carácter ecuménicos. 
Los cientos de adultos que estudian en los cursos (oficiales) para terminar sus estudios primarios y secundarios son la constancia palpable de que el Olimpia está a disposición de la comunidad hornense.
Escuela de pugilismo, de Tae Kwon Do, clases de educación física, con controles médicos, y una biblioteca, son solamente algunos ejemplos de lo hecho por la presidencia del Club con el aporte desinteresado de decenas de jóvenes que sin registrar escándalos desde sus primeras intervenciones hasta la actualidad, refieren cuál es el camino que se debe transitar en lo institucional cuando los objetivos son claros y no esconden segundas intenciones. 


 
Escándalos 

Mientras el Olimpia era remozado y se atendían las diferentes circunstancias de la vida societaria, con asambleas de socios regladas estatutariamente, hubo inquietantes jornadas en las que automarginados de la entidad organizaron sesiones de hostigamiento y se dedicaron a depredar lo que ya se había arreglado. 
Llegaron hasta el punto de agredir físicamente a jovencitas y a personas mayores, mientras que con discurso conciliador apelaron a construir una serie de infamias mediáticas, amparados por medios de prensa locales ligados a fuerzas oscuras y a intereses espurios a fin de construir denuncias sin fundamentos. También, mientras esto acontecía, lograron apropiarse de espacios comunes de los asociados, para manejar lo único que parece importarles: el negocio del fútbol infantil.
En las últimas horas, desde una de las usinas de construcción de la falacia y de la mentira, riñón del entramado corrupto del Grupo Clarín, el Canal 13, se ha mostrado a seudo dirigentes del Olimpia reclamando la nada misma. En ese espacio se han exhibido fotografías de militantes juveniles munidos de remeras con inscripciones identificatorias de ciertas pertenencias políticas, participando de charlas, de debates o bien en asambleas societarias. Ninguna de las imágenes vistas en el engendro que conduce el deudor de los trabajadores despedidos de varios medios periodísticos, refiere hechos de violencia, situaciones de ilegalidad y menos todavía de faltas al orden público.
Lo que le quedó sin mostrar al empleado calificado de Magnetto, amén de haber usado a niños para aportar testimonios que poco aclaran, son las imágenes de cientos de jóvenes que en la emergencia del 2013 montaron uno de los mayores centros de ayuda solidaria y desinteresada con las hermanas y hermanos inundados a los que se llegó con aportes concretos sin que mediaran condicionantes ideológicas. 
Para muchos –los más quizás- “la Patria es el otro”; para algunos otros –los menos, eso es seguro- “la Patria es el orto”.
Y como la única verdad es la realidad, no está demás cerrar estas líneas señalando que el Club Olimpia está abierto a la comunidad de Los Hornos; que creció en cantidad de asociados; que se reporta a la comunidad con servicios concretos y con la interactuación de sus recursos humanos con diferentes estamentos oficiales que aportan periódicamente la información necesaria para que la población esté más y mejor informada sobre los derechos a los que puede acceder en materia previsional, de asistencia jurídica, educativa y de la salud pública. La política que viene es la que se esboza desde el conteste de construcción permanente de quienes hacen por los demás sin esperar nada a cambio. Cuando los granujas dejen de odiar a sus prójimos, el Olimpia será mejor que ahora, ocupado por mentalidades retrógradas sin decencia y de vuelo corto.


sábado, 26 de abril de 2014

Por una Universidad al servicio de nuestros pueblos.

Documento que presentó el Kirchnerismo en la elección del Rector de la Casa de Altos Estudios de La Plata.



En la universidad argentina actual se produce el encuentro entre sujetos políticos con diversas trayectorias: aquellos que pasaron por los peores tiempos de la dictadura sufriendo la muerte, la desaparición, la persecución permanente, el exilio; los que vivieron la primer década democrática y recuperaron cátedras, centros de estudiantes, quienes con intensos y fuertes debates abrieron los claustros; los que resistieron de modos diversos los intentos de arancelamiento, restricciones y ajustes presupuestarios múltiples con los que el neoliberalismo atacó directamente la universidad pública durante los noventa y principios de este siglo. Así también los que actualmente viven los tiempos de estos últimos 11 años con el mayor presupuesto de la historia, con obras permanentes, apertura de nuevas universidades, mejores salarios docentes y no docentes, participación en políticas públicas, con un Estado presente y protagónico en la vida de nuestra sociedad con las universidades nacionales como herramientas estratégicas.
Esta es la época donde la Universidad Nacional de La Plata recibió desde el gobierno nacional 300 millones de pesos a valor nominal de obras (de los 1.000 millones invertidos en todas las universidades nacionales del país), que permitieron construir y recuperar unos 50.000m₂, equivalentes al 20% de la superficie que hasta ese momento tenía la UNLP.
En términos nacionales es el tiempo en el que el presupuesto universitario pasó de 2000 millones de pesos en 2003 millones a más de 16.000 millones en 2011. Desde 2003 a la fecha se crearon 9 universidades nacionales, llegando a un total de 47 distribuidas en todo el país, ampliando la oferta de carreras y la cobertura geográfica: hoy todas las provincias del país cuentan con una universidad nacional en su territorio. Además de crear el Ministerio Nacional de Ciencia y Tecnología, se repatriaron 1000 científicos a través del programa R@ICES consiguiendo que Argentina tenga 3 científicos cada mil habitantes, la cifra más alta en América Latina. Se crearon el Instituto Nacional de Formación Docente y el Plan Nacional de Formación docente. Además, también se incrementó exponencialmente los programas de becas universitarias que pasaron de 2756 en 2003 a unas 48401 en 2011. De esta manera, la matrícula universitaria creció un 28%, con 1.808.000 estudiantes. Los egresos aumentaron un 68% en una década: de 65.000 en 2001 a 109.000 en 2011. En síntesis,  mientras en 2002, Argentina destinaba el 5% de su PBI al pago de la deuda externa y el 2% a la educación; hoy se revirtió ese esquema y destinamos el 6,50 % del PBI a la educación y la cultura.
También, cabe destacar la firma en el año 2006 del Convenio Colectivo de Trabajo del Personal  Nodocentes. Bandera por la cual durante décadas lucharon muchos compañeros organizados en ATULP, algunos incluso perdiendo su vida, y que se hizo realidad con el acuerdo alcanzado entre la Federación del Trabajador de las Universidades Nacionales (FATUN) y el Estado Nacional encabezado por el compañero Néstor Carlos Kirchner. Este logro clave para el sector permitió, entre otras cosas, regular las condiciones de trabajo, aportar reglas de juego claras y un considerable aumento salarial, herramienta que cerrado su financiamiento se actualiza anualmente gracias al sostenimiento de la Paritaria General, cumpliendo así con la demanda de dignidad de los trabajadores, sin duda uno de los pilares del sistema universitario.
Vivir este tiempo de “década ganada” nos implica compromisos: por eso venimos a proponerle a todos los actores universitarios, de diversas trayectorias, que es el momento de celebrar lo conseguido para ir por más, para ampliar el camino hacía una Universidad cada día más pública, inclusiva y popular.
El compromiso, el desafío, el sueño de construir una Universidad de los pueblos nos encuentra en el periodo más extenso de gobiernos constitucionales que haya tenido nuestro país. Ya hay docentes, no docentes, graduados y estudiantes que nacieron y crecieron en democracia. Estos 30 años son el piso de nuestra democracia y los últimos 11 los que nos marcan el rumbo. Esta es la base sobre las que se asientan nuestras aspiraciones y perspectivas político/académicas. Desde estas experiencias, saberes y prácticas consideramos oportuno el momento para explicitar una propuesta que tenga como objetivo estratégico construir más poder popular en nuestra Universidad Nacional de La Plata.
Este poder popular, sueño colectivo de docentes, no docentes, graduados y estudiantes tiene sus tradiciones en las cuales nos reconocemos: esas matrices nacionales, populares y latinoamericanas de luchas por la emancipación. Desde estas referencias proponemos una Universidad de los pueblos que implique el compromiso actual con lo conseguido para ir por más, para soñar nuestra posteridad en consonancia con las políticas de Estado actuales y su continuidad en los claustros universitarios.
En el mismo sentido, es necesario que la “memoria, la verdad y la justicia” guíen nuestras acciones de manera permanente a partir de acciones políticas/académicas que no permitan las prácticas sociales vinculadas al genocidio de la última dictadura cívico-militar que tuvo a nuestra región en general y a nuestra Universidad en particular como víctima de la represión planificada. Esto implica no aceptar personas en cualquier cargo universitario o proveedores o vínculos comerciales, mediáticos, académicos con ámbitos, sujetos o empresas, que hayan sido acusados e imputados por delitos de lesa humanidad. La profundización de la democracia se construye a partir de la justicia, en la búsqueda de la verdad y sin perder la memoria.  
A partir de lo expuesto, en línea con los objetivos estratégicos del gobierno nacional para la educación superior, en cuanto políticas de Estado orientadas a profundizar la función social de la universidad pública, integrando el conocimiento académico, teórico y práctico de los claustros universitarios con las problemáticas más urgentes de nuestro pueblo; proponemos las siguientes objetivos para nuestras acciones en común:
·        “Avanzar en la discusión acerca de un nuevo modelo de universidad, de su vinculación con la sociedad y el modelo productivo del país y su rol en el crecimiento y la igualación social que debe cumplir, de cara a una pendiente reforma de la actual Ley de Educación Superior”
·        Incorporar a la currícula universitaria prácticas académicas y comunitarias obligatorias, con carácter solidario y como una forma de poner el saber al servicio de la sociedad.
·        Programas integrales de investigación/extensión para no pensar las intervenciones universitarias como ámbitos escindidos, sino como políticas públicas que conjuguen la producción del conocimiento con los múltiples saberes de nuestros pueblos como modo para encontrar soluciones concretas a los problemas de nuestras comunidades.
·        Funcionamiento permanente y regular del Consejo Superior de la UNLP como ámbito de debate y materialización de propuestas para con los problemas de los claustros universitarios, pero fundamentalmente para con las circunstancias que vivamos como Nación.
·        Profundizar las políticas de inclusión y retención con un crecimiento paulatino de los cargos docentes necesarios para la formación de grado.
·        Promover la creación de áreas de concursos docentes en cada uno de los colegios del sistema preuniversitario, tal como ocurre en las facultades.
·        Garantizar la potestad de las unidades académicas en la designación de sus evaluadores y en la definición de sus líneas prioritarias, tanto en la investigación como en la extensión.
·        Modificar los estándares de evaluación y acreditación de las unidades de investigación, así como las tablas de disciplinas y campos de aplicación, adecuándolos a las realidades, demandas y prioridades de cada Unidad Académica.
·        Direccionar los programas, convenios, actividades curriculares o extracurriculares hacia las unidades académicas competentes de acuerdo a la incumbencia profesional, evitando superposiciones con el nivel central.
·        Renovar el compromiso de toda la comunidad académica de la UNLP en el cumplimiento del estatuto y el respeto de todos los actores frente a las decisiones que democráticamente adopte el Consejo Superior.

Estas propuestas y las que surjan de nuestro trabajo en común, tienen como punto de partida, como acuerdo de principios construir en forma permanente una universidad donde la soberanía del saber este al servicio de nuestros pueblos, por que como nos enseñó nuestra compañera Evita: “El amor alarga la mirada de la inteligencia”.

viernes, 18 de abril de 2014

EL MEJOR OFICIO DEL MUNDO


Por Gabriel García Márquez*
A una universidad colombiana se le preguntó cuáles son las pruebas de aptitud y vocación que se hacen a quienes desean estudiar periodismo y la respuesta fue terminante: “Los periodistas no son artistas”. Estas reflexiones, por el contrario, se fundan precisamente en la certidumbre de que el periodismo escrito es un género literario.
Hace unos cincuenta años no estaban de moda las escuelas de periodismo. Se aprendía en las salas de redacción, en los talleres de imprenta, en el cafetín de enfrente, en las parrandas de los viernes. Todo el periódico era una fábrica que formaba e informaba sin equívocos, y generaba opinión dentro de un ambiente de participación que mantenía la moral en su puesto. Pues los periodistas andábamos siempre juntos, hacíamos vida común, y éramos tan fanáticos del oficio que no hablábamos de nada distinto que del oficio mismo. El trabajo llevaba consigo una amistad de grupo que inclusive dejaba poco margen para la vida privada. No existían las juntas de redacción institucionales, pero a las cinco de la tarde, sin convocatoria oficial, todo el personal de planta hacía una pausa de respiro en las tensiones del día y confluía a tomar el café en cualquier lugar de la redacción. Era una tertulia abierta donde se discutían en caliente los temas de cada sección y se le daban los toques finales a la edición de mañana. Los que no aprendían en aquellas cátedras ambulatorias y apasionadas de veinticuatro horas diarias, o los que se aburrían de tanto hablar de los mismo, era porque querían o creían ser periodistas, pero en realidad no lo eran.
El periódico cabía entonces en tres grandes secciones: noticias, crónicas y reportajes, y notas editoriales. La sección más delicada y de gran prestigio era la editorial. El cargo más desvalido era el de reportero, que tenía al mismo tiempo la connotación de aprendiz y cargaladrillos. El tiempo y el mismo oficio han demostrado que el sistema nervioso del periodismo circula en realidad en sentido contrario. Doy fe: a los diecinueve años -siendo el peor estudiante de derecho- empecé mi carrera como redactor de notas editoriales y fui subiendo poco a poco y con mucho trabajo por las escaleras de las diferentes secciones, hasta el máximo nivel de reportero raso.
La misma práctica del oficio imponía la necesidad de formarse una base cultural, y el mismo ambiente de trabajo se encargaba de fomentarla. La lectura era una adicción laboral. Los autodidactas suelen ser ávidos y rápidos, y los de aquellos tiempos lo fuimos de sobra para seguir abriéndole paso en la vida al mejor oficio del mundo… como nosotros mismos lo llamábamos. Alberto Lleras Camargo, que fue periodista siempre y dos veces presidente de Colombia, no era ni siquiera bachiller.
La creación posterior de las escuelas de periodismo fue una reacción escolástica contra el hecho cumplido de que el oficio carecía de respaldo académico. Ahora ya no son sólo para la prensa escrita sino para todos los medios inventados y por inventar.
Pero en su expansión se llevaron de calle hasta el nombre humilde que tuvo el oficio desde sus orígenes en el siglo XV, y ahora no se llama periodismo sino Ciencias de la Comunicación o Comunicación Social. El resultado, en general, no es alentador. Los muchachos que salen ilusionados de las academias, con la vida por delante, parecen desvinculados de la realidad y de sus problemas vitales, y prima un afán de protagonismo sobre la vocación y las aptitudes congénitas. Y en especial sobre las dos condiciones más importantes: la creatividad y la práctica.
La mayoría de los graduados llegan con deficiencias flagrantes, tienen graves problemas de gramática y ortografía, y dificultades para una comprensión reflexiva de textos. Algunos se precian de que pueden leer al revés un documento secreto sobre el escritorio de un ministro, de grabar diálogos casuales sin prevenir al interlocutor, o de usar como noticia una conversación convenida de antemano como confidencial. Lo más grave es que estos atentados éticos obedecen a una noción intrépida del oficio, asumida a conciencia y fundada con orgullo en la sacralización de la primicia a cualquier precio y por encima de todo. No los conmueve el fundamento de que la mejor noticia no es siempre la que se da primero sino muchas veces la que se da mejor. Algunos, conscientes de sus deficiencias, se sienten defraudados por la escuela y no les tiembla la voz para culpar a sus maestros de no haberles inculcado las virtudes que ahora les reclaman, y en especial la curiosidad por la vida.
Es cierto que estas críticas valen para la educación general, pervertida por la masificación de escuelas que siguen la línea viciada de lo informativo en vez de lo formativo. Pero en el caso específico del periodismo parece ser, además, que el oficio no logró evolucionar a la misma velocidad que sus instrumentos, y los periodistas se extraviaron en el laberinto de una tecnología disparada sin control hacia el futuro. Es decir, las empresas se han empeñado a fondo en la competencia feroz de la modernización material y han dejado para después la formación de su infantería y los mecanismos de participación que fortalecían el espíritu profesional en el pasado. Las salas de redacción son laboratorios asépticos para navegantes solitarios, donde parece más fácil comunicarse con los fenómenos siderales que con el corazón de los lectores. La deshumanización es galopante.
No es fácil entender que el esplendor tecnológico y el vértigo de las comunicaciones, que tanto deseábamos en nuestros tiempos, hayan servido para anticipar y agravar la agonía cotidiana de la hora del cierre. Los principiantes se quejan de que los editores les conceden tres horas para una tarea que en el momento de la verdad es imposible en menos de seis, que les ordenan material para dos columnas y a la hora de la verdad sólo les asignan media, y en el pánico del cierre nadie tiene tiempo ni humor para explicarles por qué, y menos para darles una palabra de consuelo. “Ni siquiera nos regañan”, dice un reportero novato ansioso de comunicación directa con sus jefes. Nada: el editor que antes era un papá sabio y compasivo, apenas si tiene fuerzas y tiempo para sobrevivir él mismo a las galeras de la tecnología.
Creo que es la prisa y la restricción del espacio lo que ha minimizado el reportaje, que siempre tuvimos como el género estrella, pero que es también el que requiere más tiempo, más investigación, más reflexión, y un dominio certero del arte de escribir. Es en realidad la reconstitución minuciosa y verídica del hecho. Es decir: la noticia completa, tal como sucedió en la realidad, para que el lector la conozca como si hubiera estado en el lugar de los hechos.
Antes que se inventaran el teletipo y el télex, un operador de radio con vocación de mártir capturaba al vuelo las noticias del mundo entre silbidos siderales, y un redactor erudito las elaboraba completas con pormenores y antecedentes, como se reconstruye el esqueleto entero de un dinosaurio a partir de una vértebra. Sólo la interpretación estaba vedada, porque era un dominio sagrado del director, cuyos editoriales se presumían escritos por él, aunque no lo fueran, y casi siempre con caligrafías célebres por lo enmarañadas. Directores históricos tenían linotipistas personales para descifrarlas.
Un avance importante en este medio siglo es que ahora se comenta y se opina en la noticia y en el reportaje, y se enriquece el editorial con datos informativos. Sin embargo, los resultados no parecen ser los mejores, pues nunca como ahora ha sido tan peligroso este oficio. El empleo desaforado de comillas en declaraciones falsas o ciertas permite equívocos inocentes o deliberados, manipulaciones malignas y tergiversaciones venenosas que le dan a la noticia la magnitud de un arma mortal. Las citas de fuentes que merecen entero crédito, de personas generalmente bien informadas o de altos funcionarios que pidieron no revelar su nombre, o de observadores que todo lo saben y que nadie ve, amparan toda clase de agravios impunes. Pero el culpable se atrinchera en su derecho de no revelar la fuente, sin preguntarse si él mismo no es un instrumento fácil de esa fuente que le transmitió la información como quiso y arreglada como más le convino. Yo creo que sí: el mal periodista piensa que su fuente es su vida misma -sobre todo si es oficial- y por eso la sacraliza, la consiente, la protege, y termina por establecer con ella una peligrosa relación de complicidad, que lo lleva inclusive a menospreciar la decencia de la segunda fuente.
Aun a riesgo de ser demasiado anecdótico, creo que hay otro gran culpable en este drama: la grabadora. Antes de que ésta se inventara, el oficio se hacía bien con tres recursos de trabajo que en realidad eran uno sólo: la libreta de notas, una ética a toda prueba, y un par de oídos que los reporteros usábamos todavía para oír lo que nos decían. El manejo profesional y ético de la grabadora está por inventar. Alguien tendría que enseñarles a los colegas jóvenes que la casete no es un sustituto de la memoria, sino una evolución de la humilde libreta de apuntes que tan buenos servicios prestó en los orígenes del oficio. La grabadora oye pero no escucha, repite -como un loro digital- pero no piensa, es fiel pero no tiene corazón, y a fin de cuentas su versión literal no será tan confiable como la de quien pone atención a las palabras vivas del interlocutor, las valora con su inteligencia y las califica con su moral. Para la radio tiene la enorme ventaja de la literalidad y la inmediatez, pero muchos entrevistadores no escuchan las respuestas por pensar en la pregunta siguiente.
La grabadora es la culpable de la magnificación viciosa de la entrevista. La radio y la televisión, por su naturaleza misma, la convirtieron en el género supremo, pero también la prensa escrita parece compartir la idea equivocada de que la voz de la verdad no es tanto la del periodista que vio como la del entrevistado que declaró. Para muchos redactores de periódicos la transcripción es la prueba de fuego: confunden el sonido de las palabras, tropiezan con la semántica, naufragan en la ortografía y mueren por el infarto de la sintaxis. Tal vez la solución sea que se vuelva a la pobre libretita de notas para que el periodista vaya editando con su inteligencia a medida que escucha, y le deje a la grabadora su verdadera categoría de testigo invaluable. De todos modos, es un consuelo suponer que muchas de las transgresiones éticas, y otras tantas que envilecen y avergüenzan al periodismo de hoy, no son siempre por inmoralidad, sino también por falta de dominio profesional.
Tal vez el infortunio de las facultades de Comunicación Social es que enseñan muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo. Claro que deben persistir en sus programas humanísticos, aunque menos ambiciosos y perentorios, para contribuir a la base cultural que los alumnos no llevan del bachillerato. Pero toda la formación debe estar sustentada en tres pilares maestros: la prioridad de las aptitudes y las vocaciones, la certidumbre de que la investigación no es una especialidad del oficio sino que todo el periodismo debe ser investigativo por definición, y la conciencia de que la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón.
El objetivo final debería ser el retorno al sistema primario de enseñanza mediante talleres prácticos en pequeños grupos, con un aprovechamiento crítico de las experiencias históricas, y en su marco original de servicio público. Es decir: rescatar para el aprendizaje el espíritu de la tertulia de las cinco de la tarde.
Un grupo de periodistas independientes estamos tratando de hacerlo para toda la América Latina desde Cartagena de Indias, con un sistema de talleres experimentales e itinerantes que lleva el nombre nada modesto de Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano. Es una experiencia piloto con periodistas nuevos para trabajar sobre una especialidad específica -reportaje, edición, entrevistas de radio y televisión, y tantas otras- bajo la dirección de un veterano del oficio.
En respuesta a una convocatoria pública de la Fundación, los candidatos son propuestos por el medio en que trabajan, el cual corre con los gastos del viaje, la estancia y la matrícula. Deben ser menores de treinta años, tener una experiencia mínima de tres, y acreditar su aptitud y el grado de dominio de su especialidad con muestras de las que ellos mismos consideren sus mejores y sus peores obras.
La duración de cada taller depende de la disponibilidad del maestro invitado -que escasas veces puede ser de más de una semana-, y éste no pretende ilustrar a sus talleristas con dogmas teóricos y prejuicios académicos, sino foguearlos en mesa redonda con ejercicios prácticos, para tratar de transmitirles sus experiencias en la carpintería del oficio. Pues el propósito no es enseñar a ser periodistas, sino mejorar con la práctica a los que ya lo son. No se hacen exámenes ni evaluaciones finales, ni se expiden diplomas ni certificados de ninguna clase: la vida se encargará de decidir quién sirve y quién no sirve.
Trescientos veinte periodistas jóvenes de once países han participado en veintisiete talleres en sólo año y medio de vida de la Fundación, conducidos por veteranos de diez nacionalidades. Los inauguró Alma Guillermoprieto con dos talleres de crónica y reportaje. Terry Anderson dirigió otro sobre información en situaciones de peligro, con la colaboración de un general de las Fuerzas Armadas que señaló muy bien los límites entre el heroísmo y el suicidio. Tomás Eloy Martínez, nuestro cómplice más fiel y encarnizado, hizo un taller de edición y más tarde otro de periodismo en tiempos de crisis. Phil Bennet hizo el suyo sobre las tendencias de la prensa en los Estados Unidos y Stephen Ferry lo hizo sobre fotografía. El magnifico Horacio Bervitsky y el acucioso Tim Golden exploraron distintas áreas del periodismo investigativo, y el español Miguel Ángel Bastenier dirigió un seminario de periodismo internacional y fascinó a sus talleristas con un análisis crítico y brillante de la prensa europea.
Uno de gerentes frente a redactores tuvo resultados muy positivos, y soñamos con convocar el año entrante un intercambio masivo de experiencias en ediciones dominicales entre editores de medio mundo. Yo mismo he incurrido varias veces en la tentación de convencer a los talleristas de que un reportaje magistral puede ennoblecer a la prensa con los gérmenes diáfanos de la poesía.
Los beneficios cosechados hasta ahora no son fáciles de evaluar desde un punto de vista pedagógico, pero consideramos como síntomas alentadores el entusiasmo creciente de los talleristas, que son ya un fermento multiplicador del inconformismo y la subversión creativa dentro de sus medios, compartido en muchos casos por sus directivas. El solo hecho de lograr que veinte periodistas de distintos países se reúnan a conversar cinco días sobre el oficio ya es un logro para ellos y para el periodismo. Pues al fin y al cabo no estamos proponiendo un nuevo modo de enseñarlo, sino tratando de inventar otra vez el viejo modo de aprenderlo.
Los medios harían bien en apoyar esta operación de rescate. Ya sea en sus salas de redacción, o con escenarios construidos a propósito, como los simuladores aéreos que reproducen todos los incidentes del vuelo para que los estudiantes aprendan a sortear los desastres antes de que se los encuentren de verdad atravesados en la vida. Pues el periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente.

*Discurso ante la 52ª Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (1996)-Texto completo

YPF: “Nunca la dimos por perdida”

Por Lucio Aberastain Ponte*


Con marcada presencia del kirchnerismo, el sindicalismo resolvió la celebración, con liturgia y colorido peronista, de la reestatización de la petrolera YPF, al recordar los dos años del envío del Proyecto de Ley que hizo el Ejecutivo nacional cuando remitió ese plexo legal al Congreso, a instancias de la decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Desde el mediodía, las calles de la ciudad de Ensenada, se poblaron de columnas de obreros ypefianos, que marcharon hasta ganar posiciones en las adyacencias del exClub YPF, donde se montaba el palco principal.
Con la destacada participación de la Juventud Sindical Regional (JSR), la escena se nutrió de las banderas de esa organización que aportó, además, cientos de gargantas para entonar las consignas que le dieron colorido al acto en su transcurso.
La cabecera estuvo integrada por Ramón Garaza, secretario General del Supeh (Sindicato Unido Petrolero e Hidrocarburífero), convocante a la celebración del paso legislativo del año 2012 que le permite a nuestro país ostentar la propiedad del 51% de las acciones de YPF. También, Antonio Caló, secretario General de la CGT Alsina, Julián Domínguez, titular de la Cámara de Diputados de la Nación; los intendentes de Berisso (Enrique Slezack) y de Ensenada (Mario Secco), legisladores provinciales y nacionales.
A las columnas obreras de la Juventud Sindical Regional, se sumó la participación de militantes encuadrados en la Juventud Peronista de la Provincia de Buenos Aires (JPBA) y del Movimiento Evita.

Coincidencia
Todos los oradores se acordaron de referir las instancias de la “venta” de YPF en la nefasta década del 90 y tuvieron expresiones concordantes sobre la situación por la que “pasaron los trabajadores en esos tiempos”.
Antonio Caló tuvo un reconocimiento (aplaudido y festejado) para Néstor Kirchner: “En el 2003 me pidió que lo acompañe para recuperar YPF para volverla a manos del Estado”; además, Caló valoró que “Cristina Fernández de Kirchner lo hizo posible”.
Para Julián Domínguez, que fue el encargado de cerrar los discursos, “el crecimiento interanual de la producción de petróleo de 8,7%, y de 11,4% en gas, nos muestran que el camino iniciado con la nacionalización de la empresa es el correcto”.
También, Domínguez puso énfasis al resaltar el acuerdo con Chevron y destacó que “hemos completado el segundo tramo del acuerdo de asociación en Vaca Muerta. Allí –dijo-, la explotación de las importantes reservas de gas y petróleo nos permitirá conseguir el autoabastecimiento energético en cinco años. La semana próxima trataremos el entendimiento con Repsol, que nos permitirá dar inicio una etapa cuyo resultado será el autoabastecimiento energético del país”.
El intendente Mario Secco enfatizó “Cada día se entiende más lo que hemos luchado años atrás; hoy nuestra Argentina está creciendo y por eso venimos a reivindicar este día”.
Ramón Garaza, visiblemente emocionado, aportó desde el escenario: “Algunos creyeron que nos ganaban, pero jamás nos ganaron. Nosotros seguimos peleando desde el lugar que queríamos para recuperar y garantizar cientos de puestos de trabajo”.
Así aludió el dirigente sindical a la privatización de YPF llevada a cabo en los años 90s., cuando el neoliberalismo prometía exprimir al país y a su Pueblo.
Con la voz quebrada, el petrolero Garaza, vehemente, lanzó la invitación –ovacionada-: “Vamos a recodar a los compañeros ypfeanos; vamos a recordar el lema de nuestra bandera que recorrió todo el país: “Nunca la dimos por perdida”.
El acto cerró al calor de las estrofas de la Marcha de los Muchachos Peronistas, cantadas por miles de voluntades, como corolario de una jornada de recordación y, a la vez, de renovación de compromisos políticos y sindicales; fue bajo la mayúscula tutela de Juan Domingo Perón y de María Eva Duarte Ibarguren de Perón. Hubo sutiles emociones y detalles de las realidades contundentes e inobjetables de la Nueva Argentina del presente.

*Escrito para http://aluvionpopular.com.ar/

Hasta siempre, Compañero Gabriel García Márquez

Por Iciar Recalde
(Colombia, 6 de marzo de 1927 – México, 17 de abril de 2014)
“Mis narraciones expresan una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual este colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte de Latinoamérica.” Gabriel García Márquez

Hay sentencias de comienzos que duran para toda la vida. “Por aquí  anda Bolívar”, sentenció el abuelo al niño García Márquez mientras colgaba un retrato del Libertador. “Este es el hombre más grande que ha nacido en la  historia.” Marcada a fuego quedó en el niño que se hizo hombre y partió hace unas horas al cielo de los Patriotas de Nuestra América. Se fue uno de los más grandes escritores que dio el Continente en el último Siglo. Porque Gabriel García Márquez fue, sin lugar a dudas, quien supo dar a la Literatura latinoamericana un espejo donde mirarse y reconocerse, apartándose de todos los patrones auto denigratorios que negaron históricamente una Cultura con rasgos propios para someteremos a la copia constante de lo foráneo. Protagonista medular del denominado de manera bastante errante como “boom” de la Literatura latinoamericana en las décadas de 1960 y 1970, coadyuvó a enriquecer y revitalizar una de las vertientes del realismo de más larga data en estas latitudes, lo que los críticos etiquetaron con la fórmula del realismo mágico: una manera de combinar elementos narrativos -realidad, fantasía y localismo- que existía desde hacía 500 años, ya con las cartas que desde las Indias, Américo Vespuccio le enviaba a su patrón, Lorenzo de Medici, editadas con el título de Mundus Novus.
La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1961), Los funerales de la Mamá Grande (1962), Relatos de un náufrago (1970), El otoño del patriarca (1975), Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los tiempos del cólera (1985), El General en su laberinto (1989), alguno de sus relatos ejemplares como el Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo, Un señor muy viejo con unas alas enormes y, sobre todo, ese texto trabajado hasta la última coma, deslumbrante y uno de los centros de la escritura del Continente, Cien años de soledad (1967), forman parte de su enorme legado.  ¿Cómo olvidar “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada” que narra el devenir de una joven de 14 años obligada a la prostitución por su propia abuela? “Las cosas siguen así –leemos que le dice su abuela–, me habrías pagado la deuda dentro de ocho años, siete meses y once días.” Y de inmediato agrega: “Claro que todo esto es sin contar el sueldo y la comida de los indios, y otros gastos menores.” Eréndira jamás podrá saldar esa deuda: una metáfora de la trágica historia del vínculo entre los países latinoamericanos y el Imperialismo. Demás está decir que no es necesario señalar quién es la abuela.
Como parte de una generación de escritores consustanciados con sus Pueblos, García Márquez fue capaz de pronunciarse a favor de las luchas de Liberación Nacional en el debate público, y fue capaz de incorporar a la literatura por medio de una aguda sensibilidad, el proceso social y político que vivían los verdaderos actores de las transformaciones profundas de su Colombia y del Continente. La historia de los nadies, de los sin voz, de los que una y otra vez sublevarían los subsuelos de nuestras Patrias, marginados por la tradición liberal de las letras latinoamericanas. Ese interés vertebra textos que intentan captar los rasgos del mundo caribeño, pero además, que se esmeran por plasmar una identidad cultural latinoamericana.

Sabemos que los grandes hombres nunca mueren: la lucha por la Liberación Nacional y por la Justicia Social los inmortalizan: García Márquez seguirá entre nosotros en sus libros y en su lucha que es la nuestra. Vivirá en los Pueblos del Sur a través de esa Macondo que es Latinoamérica, signada a combatir sin cuartel  la soledad de los tiempos del cólera que son los nuestros: los de la construcción de la Patria Grande que quiso ese Bolívar grabado en la memoria del niño que se fue: “La solidaridad con nuestros sueños no nos haría sentir menos solos, mientras no se concrete con actos de respaldo legítimo a los Pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en el reparto del mundo. América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin albedrío, ni tiene nada de quimérico que sus designios de Independencia y originalidad se conviertan en una aspiración occidental. (…) ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes? No: la violencia y el dolor desmesurados de nuestra historia son el resultado de injusticias seculares y amarguras sin cuento. (…) Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad. Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida.”

miércoles, 9 de abril de 2014

"La Nueva Provincia formó parte de la estructura represiva de la dictadura"


Eduardo Hidalgo es Secretario General de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos – APDH Bahía Blanca. Estuvo detenido en el centro clandestino de detención conocido como "La Escuelita". Su hermano Daniel Hidalgo y su cuñada Olga Souto fueron asesinados por el terrorismo de Estado el 14 de noviembre de 1976. Al momento del asesinato, Olga estaba embarazada de tres meses. Eran militantes peronistas. Tenían 26 y 20  años respectivamente.

Imagen: Pagina 12

Apenas recuperada su libertad, Eduardo Hidalgo se puso a trabajar, propiciando y participando del juzgamiento de los genocidas y a sus cómplices civiles, que en Bahía Blanca tienen a la familia Massot y su diario La Nueva Provincia como su máximo exponente.
Ese trabajo inclaudicable va dando sus frutos, como por ejemplo, la citación a prestar declaración indagatoria a Vicente Massot, director de La Nueva Provincia, para el próximo 24 de abril. El juez federal de Bahía Blanca, Álvaro Coleffi, también prohibió su salida del país, en el marco de la causa que lo tiene imputado por crímenes de lesa humanidad en una asociación ilícita con las Fuerzas Armadas.

Testimonio de Eduardo Hidalgo, entrevistado por el programa El Pulki (AM 1390 - Radio Universidad de La Plata)


"La Nueva Provincia, como otros medios, formó parte de la estructura represiva a partir de los Manuales de acción psicológica, por los que se incorporaban algunos medios de comunicación para operar sobre la civilidad y generar el miedo que era necesario para que la dictadura pudiera dominar a la sociedad. Y la Nueva Provincia cumplió un rol central, especialmente en Bahía Blanca, porque en aquel entonces era un multimedio que además tenía un canal de televisión, y tenía muchas repetidoras de la radio en toda la región, lo que sería la 6ta. Sección Electoral -hoy lo sigue siendo pero además del diario tiene sólo una radio-. Esto implicaba un poder enorme sobre la población. En aquel entonces era conducida por Diana Julio de Massot, la hija de Enrique Julio Massot, el fundador del diario.  Desde (el golpe de Estado de) 1955 el diario comienza a desarrollar su rol golpista, de la mano de la propia hija de Enrique Julio Massot, Diana Julio, y de la familia. Y esto sucedió sin solución de continuidad hasta el golpe de 1976. En 1976 ese rol se profundiza a partir del plan de exterminio, de la acción psicológica, de ser uno de los lugares más activos en la acción".

Señalización del CCD "La Escuelita" 
"Más allá del accionar represivo y criminal que llevó adelante, la dictadura tenía varios perfiles de acción; uno de ellos consistía en la aplicación de unos manuales de acción psicológica, en los cuales se diagramaba claramente cuál debía ser el rol de la comunidad informativa. Esa comunidad estaba integrada por los medios del lugar, algunos con compromiso directo, otros no, pero todos bajo el régimen de la dirección de quienes llevaban adelante el plan de exterminio. La Nueva Provincia fue reconocida públicamente por Acdel Vilas, el responsable de la Sub - Zona 51, un asesino serial, que alguna vez llevó adelante el “Operativo independencia” (en Tucumán) y que en 1976 trajo su propia banda de criminales a Bahía Blanca. Acdel Vilas murió impune, pero en una indagatoria que se logró antes de su muerte, destacó que La Nueva Provincia era el referente central de esa acción psicológica -dicho en términos actuales- y que su participación era fundamental. Todo esto se muestra en las páginas del diario de aquel momento. Por nombrar algo a modo de ejemplo, uno de esos editoriales, que eran centrales y cotidianos, está titulado “Claustros limpios por dentro y por fuera”... ese fue el título que dispara la acción represiva criminal dentro de la Universidad Nacional del Sur. Allí se detalla la necesidad de que se termine la presencia de determinados sectores políticos, sin nombrarlos específicamente, pero desarrollando un artículo con mucha claridad en tal sentido.  Ahí está claramente expuesto cuál fue el rol de este diario durante la dictadura cívico militar".

Caso Heinrich y Loyola
Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola eran obreros gráficos de La Nueva Provincia y dirigentes del Sindicato Grádico de Bahía Blanca. Heinrich era secretario general del sindicato, mientras que Loyola era tesorero de la organización gremial. Los dos trabajadores fueron secuestrados el 30 de junio de 1976. Sus cuerpos maniatados, con signos de torturas y numerosos disparos, aparecieron el 4 de julio de ese año en la Cueva de los Leones, sobre la ruta nacional 33 y a 17 kilómetros de Bahía Blanca. *

Imagen Radio Estación Sur
"Vicente Massot se incorporó al directorio del diario en 1974 , de la mano de su propia madre, Diana Julio, y quedó desempeñando un rol central después del fallecimiento de ella. Incluso participó en negociaciones por un conflicto con el gremio gráfico, por más que hoy lo niegue. Los asesinatos de Heinrich y Loyola, se producen en momentos en que la conducción  del diario la llevaban Diana Julio, con Federico Massot (ambos ya fallecidos), hermano mayor de Vicente. En ese entonces, y a pedido de la empresa, se realiza una tarea de inteligencia que realiza la Prefectura, por orden de la Armada. Este informe de inteligencia dice que la tarea solicitada por la empresa consistía en elaborar un perfil del personal y comenzar a ralear a aquellos que “generaban conflictos” dentro del diario. Poco tiempo después de ese informe son secuestrados y asesinados Heinrich y Loyola, y aparecen sus cuerpos acribillados a balazos en Paraje Los Leones. 

Lo único que publicó el diario es un aviso fúnebre -como en cualquier otro diario- y nunca, ni en ese momento, ni hasta el día de hoy, hubo mención al tema. Sólo algunos renglones que escribieron cuando Vicente Massot fue citado a declarar hace unos meses, pero nunca le dedicaron una palabra ni tuvieron un solo contacto con las familias, absolutamente nada; queda claro que para la justicia esa es una de las razones por las cuales Vicente Massot fue citado para declarar como parte de esa acción.
Cuando yo llegué a la cárcel, después de mi secuestro (y del cautiverio en “La Escuelita”), había varios compañeros presos que eran profesores de la Universidad del Sur. Los compañeros me relataban que junto con ellos había estado preso un referente fundamental de la Triple A, que se llamaba Roberto Sañudo, que ya falleció, y que era relativamente joven por entonces. A partir del golpe, Sañudo fue detenido, en condiciones similares a las que le cabía a cualquiera, más allá de rol político que hubiera tenido. El disimulo generaba esa detención para protegerlos, para blanquear a los que integraban las AAA. Dentro de la cárcel, Sañudo decía a quien quisiera escucharlo “A mí, la que me va a venir a sacar de acá es 'la Señora'. 'La Señora' era la mismísima Diana Julio de Massot. Y lo sacó al mes de que Sañudo quedó detenido…
Vicente Massot, luego de prestar declaración indagatoria
Ahora que el juez federal subrogante de Bahía Blanca, Alvaro Coleffi, vuelve a citar a indagatoria a Vicente Massot, prohibiéndole incluso la salida del país, nuestras expectativas son las mejores. Veremos ahora qué hace (Vicente) Massot. Él tiene, como se sabe, la posibilidad de no declarar. Y ahí también el juez deberá resolver, así que nosotros pensamos que esto va por muy buen camino. De todos modos tenemos muy claro que esto recién empieza, no va a ser fácil, todos sabemos que cuando se tocan determinados resortes del poder de aquella época, que han permanecido impunes, se genera un montón de otras situaciones a las cuales convergen, como ha sucedido más de una vez, el poder Judicial, desde algunos jueces que son permeables, o que permanecen afines a determinadas ideologías. Sabemos que vamos a tener que pelearla en muchos lugares, seguramente. Pero bueno, eso forma parte de las expectativas también.


La Bahía del Silencio
Así caracteriza Hidalgo a un sector de la sociedad bahiense que conserva fuertes lazos de “solidaridad” con los Massot y La Nueva Provincia:  
El año pasado, cuando Vicente Massot fue citado a declarar, hubo periodistas que salieron abiertamente en su defensa. Representan a una parte de la sociedad bahiense que todavía contiene la vieja y permanente ideología de la dictadura, la defensa de determinados poderes que tuvieron estos sectores. Y además  hay otros medios de comunicación que en general funcionan en términos vergonzantes con respecto a esto, porque prácticamente no han hablado del tema, lo han mencionado al pasar, casi con rapidez, como para evitarse cualquier circunstancia, lo que demuestra también hasta qué punto las relaciones se establecen con profundidad. Y el común de la gente tiene un perfil parecido, esto hace que esta ciudad siga siendo una especie de coto de control social muy fuerte, porque aquí convergen también otras corporaciones, como la del comercio y la industria, la médica, la de abogados, que siempre tuvieron y tienen un rol importante articulando también con lo que La Nueva Provincia significa.
Aquí se hizo un acto en 1976 o '77, donde se entregaron condecoraciones en un acto público a integrantes de grupos de tareas, entre los cuales estaban quienes asesinaron a mi hermano y mi cuñada (Daniel Hidalgo y Olga Souto),  que hoy están condenados a cadena perpetua. Gracias a la difusión que La Nueva Provincia le dio a ese acto de condecoración, sabemos que esas medallas fueron pagadas por un grupo de empresas de la ciudad. Por lo tanto estamos abriendo una puertita en un solo lugar, y para concluir, el hoy Presidente de la Corporación del Comercio y la Industria (Jorge Bonacorsi, hermano del Carlos Bonacorsi que fue candidato con Menem y defensor de sus políticas y  en su momento de la lista de Patti) cuando se estaba desarrollando el primero de los juicios a los genocidas, sin que nadie se lo hubiera pedido, salió y dijo que había que terminar con estos juicios, a lo que le respondimos que si él estaba tan preocupado por terminar los juicios, evidentemente íbamos por buen camino, porque el empresariado local debía haber hecho buenos negocios mientras se asesinaba a personas.

* Fuente memoria.telam.com.ar

jueves, 3 de abril de 2014

Impacto económico de la redistribución de subsidios

En su habitual columna de Economía Política (programa El Pulki - Sábado 15 hs x AM 1390 Radio Universidad La Plata), Ernesto Mattos analizó el reordenamiento de los subsidios al consumo de gas y agua dispuesto por el gobierno nacional.



Dado que se trata de una columna radiofónica, se recomienda su escucha, pero como siempre, para los que prefieran la lectura, transcribimos… Ah! Para los distraídos, en la lista de enlaces (a la derecha de su pantalla) está el que te lleva al blog de Ernesto y al de la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche, que él integra.
 

Dijo Mattos... 

Podemos hablar de 3 etapas: una, la de la salida de la crisis, en 2003, en la que se subsidió por igual a la industria y el consumo domiciliario, saliendo de la crisis con aumento de la demanda. Una segunda etapa, la del programa P.U.R.E.E. (Programa de Uso Racional de Energía Eléctrica), que buscaba concientizar sobre el consumo responsable, pero que queda trunca por la irrupción de la crisis internacional. Y la etapa actual, que es directamente una etapa distributiva, en la que se plantea un reordenamiento en los subsidios para los sectores que realmente lo necesitan, y no para los sectores que generan esta salida de divisas, cuando no lo necesitan y podrían pagar la tarifa plena. 
 
Si con esta medida se logra un ahorro del 1 % del consumo en gas nos estaríamos ahorrando unos 86.000 millones de dolares, que el Estado gasta en divisas, para importar este tipo de energía. También tiene utilidad el comparativo de los datos en números absolutos: en aquellas regiones que gozaban del régimen anterior de tarifas subsidiadas, el consumo de una hornalla prendida las 24 horas del día, para el consumidor tenía un costo de 54 pesos al mes; pero el subsidio por parte del Estado era seis veces mayor que lo que paga el consumidor, es decir unos 274 pesos. 
 
En 2003, cuando inicia la gestión de Kirchner, en la Argentina solamente había casi 5.000.000 de usuarios con gas. Entre 2003 y 2013 se incluyeron casi 3.700.000 hogares a la red de gas. Hoy el total de usuarios es de 8.400.000. O sea que en el término de 10 años casi se duplicó la cantidad de hogares con acceso al gas. Lo que pasa es que ahora hay que re ordenar esos subsidios. Del total de los 8.400.000 de usuarios, el 65 % va a ver incrementado su gasto, en caso de que no logre ahorrar el 20 % que estableció el gobierno. La suba promedio en ese caso seria de alrededor del 40 pesos por bimestre, o 20 pesos por mes. 
 
Se estima que el ahorro que va a tener el Estado con esta redistribución de subsidios es de entre los 5.000 y 10.000 millones de pesos, de los cuales 2.000 millones irían a las distribuidoras y a las transportadoras, en forma de inversión, porque por ejemplo todavía falta concluir el gasoducto del norte, que es otra parte fuerte de la inversión pública, y que va a traer nuevos usuarios conectados a la red de gas. 
 
Si planteamos un escenario hipotético para tomar dimensión de los volúmenes que están en juego, vemos que, en un cálculo no muy optimista, por ejemplo, si el Estado se ahorrara 7.000 millones de pesos, 2.000 millones irían a la inversión publica en la ampliación y mantenimiento de la red. Quedarían 5.000 millones. 
 
Programas como la Asignación Universal por Hijo y el Progresar, incluyen entre ambos a una población de 4 millones (3.5 millones la AUH y ½ millón el Progresar). Si, por ejemplo, esos 5.000 millones se aplicaran a estos dos programas, daría a cada persona que percibe esa asignación un ingreso complementario de casi 650 pesos.



miércoles, 2 de abril de 2014

A un año de la Tragedia en nuestra Ciudad

Comunicado del Bloque FPV Nacional y Popular – 2013 -2 de Abril – 2014

Durante los días 2 y 3 de abril de 2013 La Plata vivió una de las peores tragedias de las que se tenga memoria. La Ciudad fue arrasada por el agua tras producirse una lluvia sin precedentes registrados en la Región. Como consecuencia, hasta el momento se identificaron 89 víctimas fatales, cientos de vecinos se encontraron damnificados y los daños materiales fueron innumerables. No ha pasado un sólo día desde entonces en que no recordemos esta tragedia y a sus víctimas, que tiñen de luto la Ciudad y que nos exigen, a quienes desempeñamos funciones públicas, un mayor esfuerzo en el ejercicio de las mismas para la construcción de la Memoria ciudadana asentada en la Verdad, en la Justicia y en la Solidaridad, pilares de reparación histórica que los argentinos hemos recuperado a partir del año 2003 y sobre los que se articulan las políticas del Estado Nacional.
La inundación en nuestra Ciudad puso al descubierto el déficit estructural en el territorio, manifestado como consecuencia de las urbanizaciones ejecutadas de manera irresponsable, sin previsión de los impactos ambientales ni consideración alguna de las características naturales afectadas que, pese a las advertencias de Emergencia Hídrica realizadas previamente por Organismos especializados en la temática, demostraron la vulnerabilidad de la sociedad platense ante fenómenos de semejante magnitud. Además, la tragedia vivida por los platenses desnudó con toda su crudeza la situación alarmante de los sectores más vulnerables de nuestra Comunidad, que pese a los enormes avances en materia de Inclusión ejecutados por el Estado Nacional, permanecen aún postergados.
Desde nuestro espacio, junto al Estado Nacional que puso todas las áreas de sus Ministerios a disposición de los platenses, el Ejército, cientos de militantes llegados de todos los rincones del país y múltiples Instituciones Libres del Pueblo dimos cabal muestra, una vez más, de la solidaridad y la capacidad de movilización inherentes del Pueblo argentino frente al sufrimiento y la necesidad de nuestros compatriotas. El despliegue nacional en cada uno de nuestros barrios en el mes de abril, en los meses subsiguientes y en la actualidad, permitió asistir las demandas inmediatas de más de cien mil vecinos damnificados y comenzar a diseñar políticas de Inclusión a corto, mediano y largo plazo.
Por eso, a un año de estos sucesos, ratificamos nuestro compromiso con la construcción de una Ciudad más Equitativa, Inclusiva y Justa, donde toda la Comunidad pueda conocer con exactitud lo ocurrido, a través de un reconocimiento público a las víctimas, acciones oficiales de divulgación y medidas de reparación moral y material que persigan el restablecimiento de la dignidad de los que ya no están, pero que permanecerán siempre en la Memoria de los platenses. Sabemos que es necesario implementar reformas normativas e institucionales tendientes a garantizar que en el futuro no se vuelvan a producir acontecimientos similares. La elaboración de Planes de riesgo hídrico, Planes de alerta y contingencia para las cuencas afectadas, la modificación en la red de estaciones de observación meteorológica, el diseño de Planes de evacuación y reconstrucción de un sistema de alerta específico y un Plan de contingencia operativo a nivel Municipal forman parte de una Agenda de medidas preventivas que puedan tener un rápido impacto en la reducción de pérdidas humanas y materiales. En ello reside el interés público en que se encuentra comprometido nuestro rol en el Concejo Deliberante de la ciudad: el ejercicio transparente de la función pública, la vigencia real del sistema democrático consustanciado con el ideal de la Justicia Social para que la Ciudad de La Plata termine de saldar deudas con los sectores más vulnerables y haga del ejercicio de la Memoria un acto de reparación colectiva.
Bloque FPV Nacional y Popular
Martin Alaniz – Sebastián Tangorra – Florencia Saintout – Guillermo Cara
Foto: Eva Cabrera

martes, 1 de abril de 2014

El fallo de Arias y el tsunami en la Bonaerense


El fallo del juez Arias, sobre las víctimas de la inundación de hace un año en La Plata, denunció gravísimas irregularidades por parte de sectores de la Policía Bonaerense y del sistema judicial. 
 

www.infoecos.com.ar
A menos de una semana de dictada la sentencia, fueron exonerados varios de los funcionarios policiales denunciados por Arias. Pocas horas antes de conocerse esta decisión, en diálogo con El Pulki (AM 1390 - Radio Universidad de La Plata) Arias señalaba con nombre y apellido a los implicados en el perverso mecanismo de ocultamiento de la verdad: 
 

Nos quedamos sorprendidos con la impunidad con que operan en ciertos sectores enquistados en el Estado, y que están al servicio de la ilegalidad. Concretamente es el caso de la Policía Científica, de quien depende la Morgue Policial. Aquí, las irregularidades tiene nombre y apellido, a cargo de este área está (estaba) el Comisario Pablo Vázquez, Superintendente de la Policía Científica, Carlos Jaime, que es el Delegado de La Plata, el titular de la Morgue, primero el Comisario Marano y ahora el Subcomisario Rosales... Jaime y Vázquez ya habían sido denunciadas en el Informe de la Comisión Candela (Rodríguez), impulsada desde el Senado de la Provincia, que oportunamente le había pedido al Poder Ejecutivo su exoneración...



AUDIO DE LA NOTA COMPLETA: