viernes, 28 de junio de 2013

Este sábado 29, NORBERTO GALASSO en EL PULKI - AM 1390 Radio Universidad

Mañana, sábado 29

Charlamos con el Maestro 


NORBERTO GALASSO


 



 
 










por la presentación de su nuevo libro

Don Hipólito



 
NO TE LO PIERDAS!





El Pulki, un vuelo al corazón de la Patria.

Sábados 17 a 19 hs.
AM 1390
Radio Universidad Nacional de La Plata
 

La radio se puede escuchar a través de internet desde http://www.radiouniversidad.unlp.edu.ar/envivo/am.html

martes, 18 de junio de 2013

Leandro Ciriaco: “Hay que formar 33 mil cuadros para el trasvasamiento generacional”





LEANDRO CIRIACO es el flamante Secretario General de la Juventud Sindical - Regional La Plata, Berisso y Ensenada (CGT). A horas de haber asumido participó del programa EL PULKI; nos contó sobre el proceso democrático que está viviendo la Juventud Sindical, y puntualizó  algunas definiciones políticas del sector: “La formación de cuadros se plantea para no defender más una reivindicación del gremio propio y nada mas, acá de  lo que se trata es de conducir a la clase trabajadora a la justicia social”. 

Respecto de la participación de la juventud en la lucha sindical, Ciriaco estimó que se impone “el trasvasamiento generacional, porque de acá a 10 o 15 años tenemos que  reemplazar a 33 mil dirigentes, solamente teniendo en cuenta a los compañeros que ocupan cargos en las comisiones directivas de las 3 mil organizaciones sindicales que existen. Eso implica un gran esfuerzo de formación política para el movimiento obrero”

Ciriaco, resaltó que “esto es producto del ejercicio democrático que venimos haciendo. La Juventud Sindical Regional necesitaba una normalización y tomamos la decisión de llevarla a delante por los desafíos que vienen por delante, tanto gremiales como políticos, así que en unidad, confraternidad y armonía asumimos todos alineados detrás de  Julio Castro para dar la pelea con toda la Juventud Sindical en cuanto hace a recuperar la Región para que sea productiva y terminar con el empleo en negro, el trabajo precarizado de las cooperativas y también mejorar algunas situaciones de los trabajadores del Estado”.

El Plenario Normalizador
El viernes 14 de junio se llevó a cabo el Plenario normalizador de la Juventud Sindical Regional La Plata, Berisso y Ensenada, de la CGT Regional La Plata y allí se alumbró la nueva conducción que tiene a Leandro Ciriaco Morrone, del Sindicato Obras Sanitarias de Buenos Aires (SOSBA), como Secretario General, en el marco de un colectivo sindical del que participan jóvenes militantes de los gremios Sindicato Unido Petroleros e Hidrocarburiferos, Union Obrera Metalúrgica, Asociación de Trabajadores Universidad Nacional de La Plata, SOSBA, Unión Ferroviaria, Telefónicos, Gastronómicos, Sindicato Argentino de Docentes Privados, Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor, Sindicato Argentino de Televisión, entre otros. El encuentro se realizó en la sede de la Unión Ferroviaria Seccional Tolosa.

PARA ESCUCHAR LA NOTA COMPLETA

Corporaciones o Soberanía Popular

Por Germán Ibáñez*

El escandaloso fallo de la Corte Suprema de Justicia dictaminando el carácter inconstitucional de cuatro artículos de la ley de reforma del Consejo de la Magistratura es un episodio más de la puja que cada vez adquiere más relieve en nuestra Argentina: pueblo o corporaciones. Especialmente sugestiva resulta la redacción de uno de los argumentos esgrimidos por la Corte, aquel que señala que la elección popular de consejeros “…vulnera el ejercicio de los derechos de los ciudadanos al distorsionar el proceso electoral”. Suscribir este postulado nos retrotrae al régimen oligárquico.
Efectivamente, no podemos menos que recordar que la matriz original de nuestro Estado cristaliza en el período histórico de consolidación de la dominación oligárquica (último tercio del siglo XIX). Hablamos de un Estado cuya consolidación no fue ajena a las luchas políticas y sociales del siglo XIX y a la imposición de determinados intereses societarios. Un Estado cuya forma y régimen remiten a la experiencia del liberalismo metropolitano decimonónico, de carácter republicano y representativo pero fundamentalmente antidemocrático. Un Estado patrimonialista, instrumentado en su casi totalidad por las elites dueñas del poder económico: la burguesía agropecuaria y comercial, y el personal civil y militar asociado a ellas que conforman el bloque oligárquico.

Serán los movimientos nacionales y populares del siglo XX los que conmueven la matriz oligárquica del Estado argentino, imponiendo la democratización, especialmente en los poderes ejecutivo y parlamentario, así como la ampliación de la esfera de derechos para nuestros ciudadanos. Nada de eso ocurrió sin lucha: más bien los impulsos democratizadores estuvieron asociados a formas ampliadas de participación y movilización política popular. La consolidación de las reformas progresistas y de apertura democrática del Estado se alcanzó también en la medida que se erigía en dichas circunstancias (durante el primer peronismo, por ejemplo) un poder político democrático fuerte. Esto es lo que vuelve a estar en el centro de la escena. Las transformaciones progresistas, en la medida en que afectan intereses económicos o corporativos poderosos, no pueden asentarse sin la afirmación de un poder político democrático.
La corporación judicial es el poder del Estado que ha resistido más exitosamente la ampliación democrática, y pretende erigirse en contrapeso no de los otros poderes del Estado sino de la democratización del conjunto. De allí la caprichosa afirmación de que la elección popular de consejeros “vulnera” el derecho de los ciudadanos. El blindaje corporativo del estamento judicial es justificado en aras de prevenir la “distorsión” del proceso electoral. Menuda conclusión. Toda ampliación democrática “distorsiona” el proceso electoral en un régimen representativo. Es fácil advertir que con esa lógica también la consagración del voto femenino en la década de 1950 “distorsionó” el proceso electoral.
El fondo de la cuestión está en si nuestro sistema político asegura concretamente el principio fundamental de la soberanía popular, o establece que existen áreas “vedadas” cuya competencia exclusiva le corresponde a determinadas corporaciones. No podemos obviar que esta tensión pueblo versus corporaciones se expresa hoy también en otros planos como la democratización de la comunicación audiovisual. En ese camino de asegurar la ampliación democrática y la conquista de nuevos derechos, deberá seguir insistiéndose en la democratización del poder judicial, último basamento del viejo régimen oligárquico.



* Profesor de Historia y Secretario Académico de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo

¡GRACIAS, MAGISTRADOS DE LA CORTE!

“El progreso de la justicia es el sentido esencial de la historia”
Arturo Enrique Sampay

Dedicado a todos los lectores atentos y, en particular, a mi prima política,
 miembro de la Corte por la que se jugó Néstor Carlos Kirchner.



Por Ernesto Jauretche

Hacían falta los últimos enunciados de los fallos de la Corte de Suprema de Justicia para que quedara ostensiblemente demostrado que, ya sin prejuicios ni suspicacias, para seguir adelante, el país necesita una REFORMA CONSTITUCIONAL.

UNA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, SEGÚN SU INTERPRETACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL, FALLA EN CONTRA DE LAS DECISIONES DE UN PODER LEGISLATIVO QUE EXPRESA LAS RELACIONES DE FUERZA ENTRE EL PASADO Y EL FUTURO Y DE UN EJECUTIVO SOBERANAMENTE ELEGIDO POR INDISCUTIBLE MAYORÍA.

¡Fenomenal demostración de conducta antidemocrática de uno de los famosos Tres Poderes!

Está claro que es hora de poner las cosas en su lugar, ya que el razonamiento colectivo, el sentido común, se está enfrentando con la razón práctica de una de las instituciones de la República. Esto es, diría Don Arturo Jauretche, que el traje institucional le está quedando incómodo al cuerpo de la Nación ¡LO QUE HAY QUE CAMBIAR ES EL TRAJE Y NO EL CUERPO, SEÑORES!

No es que el gobierno actual se obstine en proponer leyes inconstitucionales: ¡es que la Constitución atrasa!

¿Qué pretende la Corte? Parece empeñada en disciplinar al soberano, cuando su papel institucional consiste en protegerlo en el ejercicio de sus derechos. Entonces, tradición mediante, a las decisiones de los órganos políticos del Estado, que son producto del voto de las mayorías y acompañan la actualización de la sociedad para adaptar sus herramientas a las nuevas condiciones sociales, económicas, nacionales e internacionales, le responde aplicando el corset de las instituciones viejas.

Todo al revés: pretende subordinar lo trascendente, que es la Nación y su pueblo, por excelencia soberano en sus decisiones, a la tan proclamada ley suprema, la Constitución Nacional, históricamente contingente (las hubo unitarias y federales, y en el tan democrático EEUU se modifica cada dos años mediante enmiendas). Mesiánica misión histórica de nuestras clases dominantes: civilizar al bárbaro. Pero las cosas están cambiando… ya no son tan ganadores. Sin embargo, prefieren condenar el país al atraso antes que resignar mayorazgos otrora obtenidos.

Lo sabemos, no hay justicia; el pueblo llano hace rato que lo viene comprobando: los ricos nunca entran a la cárcel; los pobres se pudren ella. Los cargos en la justicia son elegidos y ratificados a dedo por la corporación, como producto de un derecho divino, al estilo monárquico; no hay revocatoria legalmente posible, ni ante los más atroces prevaricatos (no embromemos con el Concejo de la Magistratura, oportunamente ratificado en su neta parcialidad corporativa por la Corte). Así, los nombramientos en la judicatura, más que una expresión de independencia, pasan a ser un bill de indemnidad.

Pero los jueces no son inmaculados apóstoles de la igualdad. Son sujetos sociales con intereses culturales, políticos y de clase, naturalmente no de las más bajas.

Si los lugares políticos están siempre sujetos al eventual escrutinio de los ciudadanos de base y de ellos surge el poder representativo ¿porqué dos de los poderes republicanos electivos deben estar sometidos a la supremacía de la más feudal de las corporaciones? ¿Porqué los ciudadanos de esta Argentina próspera deben respetar la decisión de la reacción conservadora?

¿No es que el sistema republicano se fundamenta en la soberanía popular, expresada a través de los partidos políticos y su representación en el Estado según las voluntades mayoritarias? ¿No es que el sistema tripartito de poderes debe servir para evitar las arbitrariedades de alguno de sus estamentos?

¿Ha habido algún abuso de poder en el Ejecutivo y el Legislativo (queremos conocerlos)? ¿En alguna ocasión dejaron de cumplirse los reglamentos y deberes de funcionarios de los dos poderes que expresan directamente el voto popular?

De acuerdo a lo dicho, queda claro el abuso de poder de la Corte Suprema de Justicia donde sus ejecutivos, en tanto vitalicios, se sienten exentos de someterse a la opinión ciudadana.

Recordemos. El progreso del país y sus instituciones han sufrido numerosas interrupciones reaccionarias. En todas ellas, ha sido decisiva la aquiescencia de los variopintos abogados que se sucedieron en la Corte desde 1955. Nunca los ciudadanos de a pie tuvieron oportunidad de influir ni de enmendar decisiones ni nombramientos de la judicatura.

No es porque esa profesión sea impenetrable a la sabiduría del vulgo. Nadie sabe más de leyes que quienes las sufren (vaya a tomar un curso de derecho penal a las cárceles, y verá). Pero la ley está sometida a la razón de la clase dominante,  y a esa racionalidad está respondiendo hoy nuestra Corte. ¿Cuál es la gran pauta que determina su comportamiento? La de siempre: el antiperonismo.

¿No fueron jueces de honorable catadura los que admitieron la derogación por bando militar de la Constitución democráticamente sancionada de 1949? ¿Quiénes ocultaron deliberadamente las violaciones a los derechos humanos a partir de 1976? ¿Cuáles legitimaron las leyes de obediencia y luego aprobaron los indultos a los genocidas? Son los mismos funcionarios que hoy dominan la nómina de ejecutivos judiciales.

Entonces ¿cuál es la “virginidad” de la justicia? Es un órgano tan politizado como el que más.

Por eso, una asamblea constituyente nacional y democrática (otorgando a los defensores del status quo el handicap de convocarla de acuerdo al orden predominante) deberá elaborar un nuevo texto, atacando principalmente los tópicos dogmáticos que vienen repitiéndose desde 1853. Sólo así se podrán esclarecer y resolver los conflictos que hoy paraliza institucionalmente la evolución histórica de la Nación Argentina


Mientras, a esta Corte Suprema de Justicia, a la que respetamos por su seriedad profesional, debemos reclamarle que avance sincera y responsablemente en la modernización democrática del servicio de justicia (que no es otra cosa sino eso: servicio, nada más excelso; y no las falsas dignidades medievales que se le atribuyen para darle la apariencia de nobleza intocable).

Y a nosotros, que no nos confunda la vocinglería pseudodemocrática con su defensa de “las instituciones de la República”, diría otra vez Don Arturo; los intereses de la Nación y de su pueblo ostentan indiscutible supremacía: la Nación es el sujeto; la República su atributo.

Superada esa zoncera, preparémonos para proyectar los progresos de este mundo en vertiginosa marcha de cambios permanentes hacia nuestro presente: ese es el verdadero sentido que se debe dar al concepto de inclusión social, así como es preciso reconocer que los derechos que merecen en igualdad de condiciones todos los argentinos se amparan ampliando y no recortando las libertades democráticas.


lunes, 17 de junio de 2013

La patria es el Otro

“Cuando uno puede avanzar a partir de las coincidencias, dejando para más adelante las diferencias, habla de un país que ha progresado, que se ha desarrollado. Lo que es importante es que cada vez seamos más los que pensamos que lo importante es el país y que la Patria es el Otro.” Cristina Fernández de Kirchner



Por Lucho Torres

En los primeros instantes de recuperación al otro día del temporal que golpeó muy fuerte a gran parte del territorio platense, se escucharon diferentes palabras: solidaridad, rol del Estado, militancia. Fueron momentos de dolor pero además, de trabajo intenso y quienes tomaron un rol protagónico y se pusieron a disposición todos los días desde el 3 de abril fueron la militancia y el Estado Nacional. Un hecho que no es muy distinto a lo que sucede durante los demás días del año, pero que sin lugar a dudas se vio con mayor presencia: compartir, ayudar, estar codo a codo con el necesitado, ya lo decía Eva Perón “donde hay una necesidad hay un derecho.” La militancia se puso al hombro de una manera sensacional con amor, con convicción, porque el militante es aquel que con su ejemplo congrega solidaridades entre la gente del Pueblo y el que convoca consensos con su trabajo político, siempre tras el objetivo de construir un poder colectivo para realizar el tan ansiado Proyecto de país donde todos somos incluidos.

Poco importó la ausencia del Estado Municipal porque encarna el espíritu crítico de la política, tanto en lo que ésta tiene de discurso como de herramienta. El Vicegobernador dijo: "Veníamos nosotros de un paradigma viejo, que contribuyó en la tragedia, de 'hacé asfalto que se ve y no hagas nada de lo que está debajo de la tierra, que no se ve y no da votos'. Hay que cambiar el paradigma." También aportó: “Todos sabemos cómo podemos detener la vorágine de las improntas edilicias que afectan a las ciudades y que después terminan en las trágicas inundaciones como las que tuvimos lamentablemente en La Plata y Capital Federal. Se sabe que se tienen que establecer patrones claros para que no se violen los Códigos de construcción. Muchas de estas cosas se discutieron en los Plenarios de Políticas Públicas. Ya no se puede gestionar en el día a día. Esto era así cuando la Argentina estaba en el infierno y Néstor  la sacó. En honor a Néstor y Cristina, somos nosotros quienes tenemos que aportar esas políticas a mediano y largo plazo para garantizar el desarrollo de este paradigma con inclusión.”
El papel de la militancia es de la más alta importancia. En una Democracia de iguales, el militante es el vínculo entre las clases dirigentes y la sociedad y en ese diálogo expresa al Pueblo. La militancia especifica la relación entre las necesidades y los derechos que las satisfacen y en tal carácter, es el generador de una demanda social organizada, que es la política. En esa mediación política, la militancia tiene a su cargo la elaboración orgánica de una discusión que permite discernir entre  lo deseable y lo posible, entre lo teórico y lo empírico, entre lo ético y lo pragmático, entre las intenciones y los resultados. Es la razón militante la que elabora lo espontáneo, lo intuitivo, el deseo y las ilusiones de los hombres y mujeres concretos que forman las multitudes anónimas, y quien resignifica lo histórico, dándole continuidad a la experiencia y sentido de futuro a las luchas por la Justicia y la Libertad. Por eso está en los barrios sin especular, sabe que la reconstrucción de los barrios afectados va a llevar mucho tiempo pero está ahí, construye su espacio social desde una perspectiva clara y convocante que dice: “la Patria es el Otro”, como dijo la Presidenta. Porque la política es una gesta, y como nos enseñó Oesterheld, el héroe siempre es colectivo.

Cristina Fernández, en una de las tantas visitas a la Ciudad de La Plata en este último mes, allí en el Regimiento 7 de Arana destacó el “grado de organización territorial” que se desplegó en La Plata y pidió profundizarlo “para todos los argentinos.” En este sentido, comentó que viene pensando “cómo podemos organizarnos de modo tal que podamos dar respuesta rápida e inmediata” ante situaciones similares, aunque aclaró que “esto no quita la responsabilidad que tienen los que gobiernan las jurisdicciones, porque la emergencia viene cuando tenemos que venirnos de afuera a hacernos cargo.” La Presidenta reivindicó la tarea de "los miles y miles de voluntarios políticos" que trabajaron de manera solidaria junto a los soldados y otros organismos: "Muchos de los soldados tenían la misma situación que a quienes ayudaban, y sin embargo no pidieron nada y ayudaron igual. Eso me emociona mucho", dijo.

La militancia es quien abate con su práctica los resentimientos y construye con su prédica la esperanza. En ese sentido Mariotto dijo: “hay que parar lo que se hizo mal, no seguir agigantando ese concepto urbanístico terrible y empezar a buscar las soluciones. Hay que parar con el paradigma de construcción loca, donde los intendentes se convierten en impulsores inmobiliarios.” Si hay algo que sabe la militancia (esta militancia que es tan criticada por los Medios hegemónicos de comunicación, por los sectores reaccionarios de la sociedad y por el sindicalismo entreguista), porque se los enseñó la generación que hoy conduce el país, es que el poder es un tránsito que se padece, porque siempre tenemos eso de que detrás de una necesidad hay un derecho. Y siempre hay una necesidad. Por definición, el Poder es un lugar incómodo donde hay que cumplir con un imperativo categórico, porque cumple con imperativos éticos y de memoria. El Poder es un lugar para pasarla sumamente mal. Si algunos dirigentes prefieren twittear desde su “merecido” descanso, ellos sabrán entender después, que todo tiene un costo político. 

La Juventud Como Sujeto De Cambio

Las leyes son hijas de su tiempo histórico y en este tiempo existe un Proyecto Nacional y Popular que ha sabido enamorar a la Juventud como ningún otro en la historia.


Por Juan Manuel Ayude


En sintonía con el enorme proceso de ampliación de Derechos que se da en nuestra Patria desde el año 2003, el Congreso de la Nación con el aporte fundamental del compañero Diputado Andrés Larroque, se le dio media sanción al proyecto de Ley de Centros de Estudiantes, que obliga a todas las Escuelas Secundarias públicas y privadas a brindar las herramientas para fomentar la creación de Centros de Estudiantes y da a los alumnos el pleno derecho a organizarse gremialmente si así lo desearan. No puede afirmarse que esta Ley venga a llenar un vacío legal en la materia, ya que varias normas iban en este sentido, como la Ley de Educación Nacional promulgada por el gobierno de Néstor Kirchner -que derogó y reemplazó la Ley Federal de Educación del menemismo- que garantiza en uno de sus incisos el derecho a la organización estudiantil. Sí podemos aseverar que es la primera normativa específica sobre el tema y la única que unifica criterios referidos a esta cuestión.
La media sanción de esta Ley hubiera sido imposible en otro momento de la Argentina. Las leyes son hijas de su tiempo histórico y en este tiempo existe un Proyecto Nacional y Popular que ha sabido enamorar a la Juventud como ningún otro en la historia. ¿Alguien hubiese imaginado que esta Ley saldría en tiempos donde la “no política” era la moda juvenil, ya que no era el Estado sino los grupos económicos quienes marcaban su propia agenda, contraria a los intereses populares, desmotivando la participación de la Juventud en la política? Los jóvenes a lo largo de la historia fueron artífices y acompañaron las grandes rebeliones y revoluciones populares. Lo puede demostrar la Juventud revolucionaria que desplegó toda su fuerza para formar el primer gobierno patrio allá en 1810, con ese joven de prosa incendiaria y verba jacobina llamado Mariano Moreno, de tan sólo 21 años al momento de su elección como Secretario de la Primera Junta, como también lo pueden demostrar los jóvenes de la Revolución Francesa de 1789 y de la Revolución Liberal en España en 1808, hija de la primera. Puede demostrarlo el Ejército de los Andes que libertó extensísimos territorios del sur de Nuestra América con abrumadora mayoría juvenil entre sus filas, tanto como los jóvenes combatientes de la gloriosa gesta de la Vuelta de Obligado. También los jóvenes de la Reforma Universitaria de 1918 y los Radicales Forjistas que se atrevieron a denunciar a los vendepatria de la Década Infame. Aquellos que salieron en el ´45 a mojarse las patas en la Plaza que es del Pueblo, en el ´55 con los  jóvenes Comandos Peronistas; los fusilados del ´56, los mártires de la Resistencia como Felipe Vallese, los jóvenes revolucionarios de vastas tendencias que lucharon en los años ´60 y ´70, la Juventud que dio la vida por la Patria en Malvinas, tanto como los que salieron en aquel Mayo de París y aquel otoño de Praga para desafiar a los despotismos.
Y es esta Juventud, la de la Generación del Bicentenario, hija de las luchas negadas de toda nuestra historia la que acciona constantemente para consolidar y profundizar el Proyecto Nacional, estando en cada barrio en el que el Otro, que es la Patria, necesita de nuestra presencia, difundiendo políticas públicas de inclusión social, discutiendo y proponiendo en igual medida que defendiendo cada vez que tiene oportunidad, en cada charla, al gobierno popular; organizándose gremialmente en las Universidades y en las Escuelas Secundarias. Y, fundamentalmente, expresando el profundo amor que nos mueve como revolucionarios de esta Patria Grande. Porque interpelados en reiteradas ocasiones por un Estado que además se ocupa de nuestras necesidades básicas, los jóvenes volvimos a hablar de política: la respuesta del Estado fue reconocernos como sujetos de cambio, otorgándonos derecho al sufragio, apoteosis de la vida democrática, a partir de los 16 años. También, recientemente, la compañera Presidenta hizo un llamado a la militancia juvenil para que elabore íntegramente el Proyecto de Ley sobre Prevención del Embarazo Juvenil, problema que azota a varias jóvenes de nuestra Patria, sobre todo en los barrios más humildes. Es decir, el Estado tiene en cuenta la opinión de los jóvenes y nos otorga herramientas legales para que busquemos soluciones a problemáticas actuales.
Nadie duda que aún hay mucho por hacer en materia de inclusión juvenil, sobre todo en lo respectivo al acceso al trabajo y a la vivienda y a los problemas de adicciones. Todas estas temáticas podrían ser abordadas con nuestra participación, como asimismo, con la de las Universidades puestas al servicio del Pueblo. También podría crearse un Ministerio de Juventud que se ocupe de elaborar e implementar políticas públicas para garantizar el pleno derecho de los jóvenes. Tampoco nadie duda que con leyes como las de Voto a los 16, Centros de Estudiantes y Prevención del Embarazo Juvenil, la Juventud va camino a consolidarse como fuerza de cambio central de esta nueva Argentina.

*Estudiante secundario, escrito para la revista Aluvión Popular en el proyecto nacional