jueves, 3 de abril de 2014

Impacto económico de la redistribución de subsidios

En su habitual columna de Economía Política (programa El Pulki - Sábado 15 hs x AM 1390 Radio Universidad La Plata), Ernesto Mattos analizó el reordenamiento de los subsidios al consumo de gas y agua dispuesto por el gobierno nacional.



Dado que se trata de una columna radiofónica, se recomienda su escucha, pero como siempre, para los que prefieran la lectura, transcribimos… Ah! Para los distraídos, en la lista de enlaces (a la derecha de su pantalla) está el que te lleva al blog de Ernesto y al de la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche, que él integra.
 

Dijo Mattos... 

Podemos hablar de 3 etapas: una, la de la salida de la crisis, en 2003, en la que se subsidió por igual a la industria y el consumo domiciliario, saliendo de la crisis con aumento de la demanda. Una segunda etapa, la del programa P.U.R.E.E. (Programa de Uso Racional de Energía Eléctrica), que buscaba concientizar sobre el consumo responsable, pero que queda trunca por la irrupción de la crisis internacional. Y la etapa actual, que es directamente una etapa distributiva, en la que se plantea un reordenamiento en los subsidios para los sectores que realmente lo necesitan, y no para los sectores que generan esta salida de divisas, cuando no lo necesitan y podrían pagar la tarifa plena. 
 
Si con esta medida se logra un ahorro del 1 % del consumo en gas nos estaríamos ahorrando unos 86.000 millones de dolares, que el Estado gasta en divisas, para importar este tipo de energía. También tiene utilidad el comparativo de los datos en números absolutos: en aquellas regiones que gozaban del régimen anterior de tarifas subsidiadas, el consumo de una hornalla prendida las 24 horas del día, para el consumidor tenía un costo de 54 pesos al mes; pero el subsidio por parte del Estado era seis veces mayor que lo que paga el consumidor, es decir unos 274 pesos. 
 
En 2003, cuando inicia la gestión de Kirchner, en la Argentina solamente había casi 5.000.000 de usuarios con gas. Entre 2003 y 2013 se incluyeron casi 3.700.000 hogares a la red de gas. Hoy el total de usuarios es de 8.400.000. O sea que en el término de 10 años casi se duplicó la cantidad de hogares con acceso al gas. Lo que pasa es que ahora hay que re ordenar esos subsidios. Del total de los 8.400.000 de usuarios, el 65 % va a ver incrementado su gasto, en caso de que no logre ahorrar el 20 % que estableció el gobierno. La suba promedio en ese caso seria de alrededor del 40 pesos por bimestre, o 20 pesos por mes. 
 
Se estima que el ahorro que va a tener el Estado con esta redistribución de subsidios es de entre los 5.000 y 10.000 millones de pesos, de los cuales 2.000 millones irían a las distribuidoras y a las transportadoras, en forma de inversión, porque por ejemplo todavía falta concluir el gasoducto del norte, que es otra parte fuerte de la inversión pública, y que va a traer nuevos usuarios conectados a la red de gas. 
 
Si planteamos un escenario hipotético para tomar dimensión de los volúmenes que están en juego, vemos que, en un cálculo no muy optimista, por ejemplo, si el Estado se ahorrara 7.000 millones de pesos, 2.000 millones irían a la inversión publica en la ampliación y mantenimiento de la red. Quedarían 5.000 millones. 
 
Programas como la Asignación Universal por Hijo y el Progresar, incluyen entre ambos a una población de 4 millones (3.5 millones la AUH y ½ millón el Progresar). Si, por ejemplo, esos 5.000 millones se aplicaran a estos dos programas, daría a cada persona que percibe esa asignación un ingreso complementario de casi 650 pesos.



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