lunes, 9 de septiembre de 2013

Por la plena vigencia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual

por Luciano Torres
Una multitudinaria movilización abrazó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y exigió frente al Palacio de Tribunales que la Corte Suprema resuelva el conflicto iniciado por el Grupo Clarín, que impide hace ya cuatro años que la norma pueda aplicarse integralmente a lo largo y ancho del territorio nacional.

El ex Titular del Afsca y Vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto, expresó en este acto: “Esperamos con gran optimismo la resolución de la Corte y ponemos toda la esperanza porque hemos trabajado con mucha militancia este eje comunicacional en todo el país, hemos mirado las leyes del mundo, los preceptos de los Organismos de Derechos Humanos y estamos convencidos de su constitucionalidad”, y consideró “inadmisible” que siga postergándose la aplicación de la Ley: “Hoy vivimos en Democracia y con esta Ley ampliamos Derechos, así que esperamos un Fallo contundente”, dijo antes de celebrar “esta maravillosa manifestación después de años de luchar por una Ley de Comunicación de la Democracia.”
Por eso, una vez más la sociedad en su conjunto pone el hombro para acompañar y pedir el cumplimiento de una Ley que puso el nuevo ordenamiento que deben tener los Medios de comunicación en nuestro país. El Proyecto de Ley de Medios nació como una demanda popular para democratizar las comunicaciones masivas a través del diálogo fecundo que las Organizaciones populares mantienen con las mejores tradiciones liberadoras de nuestra historia nacional. Su aprobación en Octubre del año 2009, fue el resultado de la voluntad política y el coraje de una Presidenta para enfrentar a las Corporaciones que monopolizaban la información y la construcción del sentido. La sanción de la Ley expresó la construcción de una correlación de fuerzas que permitió ganar una disputa discursiva que puso al descubierto la supuesta “neutralidad” de los Medios, que lo que aparecía en las pantallas de TV y en el sonido de las Radios no era un fiel reflejo de la realidad sino, el resultado de un proceso de elaboración donde se seleccionan temas y motivos y se eligen determinadas fuentes para tratarlos. No hay transparencia entre los productos mediáticos y aquello que designamos como “la realidad.” La construcción de cualquier texto, mediático o no, presupone un proceso de recorte de lo real. De qué hablar y mostrar y de qué no, qué colocar en el primer plano y qué en el fondo.
En la actualidad, la aplicación de la Ley en todos sus artículos está trabada por un Grupo que no acepta que en una sociedad más justa no debe tener mas privilegios. Entonces, primero decía que “se van a meter con lo que queremos decir.” Lo que busca la Ley es enfrentar las tendencias monopólicas, la concentración mediática, las posiciones dominantes y sobre ese sentido, la Ley sí opina acerca de lo que un Grupo o un Titular de Medios puede tener, la cantidad de Licencias que puede tener, pero bajo ningún punto de vista en la programación. Después, empezaron a meter el temor a los trabajadores de que iban a perder sus fuentes laborales si se aplicaba la Ley integralmente. También esto es falso porque la aplicación de la Ley va a cuidar una por una las fuentes de trabajo y, además, va a generar nuevas opciones laborales porque promueve más inversión y más trabajo. Después, argumentaron que la Ley iba a cercenar la libertad de expresión y quedó claro que era todo lo contrario. El año pasado, el Relator Especial de Naciones Unidas (ONU) para la Libertad de Opinión y de Expresión, Frank LaRue, puso nuestra Ley de ejemplo como una Ley a favor de la libertad de expresión y la lanzó como modelo para otros lugares del mundo.
Sucede que se habla de un Grupo porque es el único que no quiere cumplirla pero insisto: la Ley no es para un Grupo, para otro, sino para todos. Vamos teniendo que dar cuenta de los relatos que genera este Grupo con el único objetivo de no cumplir la Ley y mantener su situación de privilegio.
Qué fuentes se utilizan para elaborar el relato y cuáles se dejan de lado. Ese proceso es el resultado de una selección donde se ponen en juego concepciones del mundo, puntos de vista y, sobre todo, intereses económicos y políticos.
Cuando la única ley fue la del mercado, millones quedaron por fuera de la vida vivible, excluidos como desperdicios humanos, justificado todo esto bajo la idea de los “daños colaterales” de la reproducción del capital. Los daños colaterales del mercado como ley, fueron el hambre, la miseria, la mortalidad infantil. El arsenal lingüístico del derecho a elegir restringido se corresponde con la negación de la responsabilidad al reconocimiento del otro como sujeto de Derecho y no como simple consumidor de un mercado que ofrece lo que le es rentable ofrecer. Lo demás afuera. Clarín habla de libertad como libertad de consumir, de comprar. Esta es una libertad falsa: no hay ética, no hay responsabilidad, no hay Derecho en ella. Sólo podemos comprar lo que el mercado ofrece. El grupo sabe que los públicos se hacen, que no nacen. Y que ellos han participado monopólicamente durante años en la construcción de públicos a los que les ofrecieron besos, shows, música, entretenimiento, caras con las que crecimos y la mayoría de las veces quisimos y queremos. Caras que tuvieron como única posibilidad de trabajo esos canales y esas pantallas. Y utilizan esa historia de conformación de los públicos para generar complicidad, pero lo hacen como siempre de una manera cuasi mafiosa, extorsionándonos y ocultando la verdad: ellos tienen esos besos porque se los robaron, se los apropiaron, y con ello, hicieron negocios para sus propios beneficios. Nada les importa de los públicos, porque para ellos los públicos sólo son consumidores.
Es crucial la democratización de la información. En ninguna parte del mundo existe una Ley tan retrógrada como la que había acá en la Argentina. Pongamos ejemplos: en Estados Unidos, el dueño de un Canal no puede ser dueño de un Diario, hay una clara tendencia para que no exista la concentración mediática y lo mismo sucede en gran parte de los países europeos, con excepción de Italia, donde Berlusconi tiene un monopolio virtual de la información. En la Argentina, se está avanzando en el proceso de la democratización del acceso a la información y la difusión de la misma y éste proceso requería de un cambio radical y el cambio radical es la nueva Ley de Medios. Es un momento muy importante porque es un paso a favor de mejorar la calidad de la Democracia. Necesitamos esta Ley para dejar atrás una norma oscura de la Dictadura: democratizar la palabra es absolutamente necesario para poder expresar lo plural, diverso, multicolor de nuestro Pueblo. Es una Ley profundamente comprometida con la libertad de expresión, con el derecho a la información y, entonces, estamos dando un paso como sociedad muy importante porque además es una Ley debatida, discutida durante muchos años, una Ley que tuvo una amplia mayoría en el Parlamento nacional. Es un momento muy importante, histórico, porque produce grandes transformaciones en la comunicación audiovisual y se da al calor de las grandes transformaciones que está viviendo la Argentina. No podemos permitir que tanto esfuerzo y tantos avances terminen con una derrota. A partir de esa fecha, cuando expire la suspensión Cautelar realizada por el Grupo Clarín sobre el artículo 161, será de especial importancia no sólo la decisión y determinación del Estado Nacional sino también, la expresión de las fuerzas sociales organizadas. Se trata de la construcción de dos tipos de hegemonías y no de una con exclusión de la otra. De lo contrario, ocurren situaciones históricas como la de 2001, cuando gran parte de la sociedad pedía ‘que se vayan todos’, mientras se afianzaba la creencia en la organización horizontal y en la toma de decisiones directamente por parte de los ciudadanos. Aquella potencia social durante la crisis no halló los canales institucionales desde los cuales poder construir poder y realizar un proyecto político perdurable en el tiempo. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es profundamente democrática.
La Decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata y candidata a Concejal, Florencia Saintout, dijo tener “la certeza de que, finalmente, se va a aplicar de manera plena la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.” Los intereses monopólicos “han demostrado ser muy fuertes, pero tarde o temprano van a ser vencidos.”. En este sentido, explicó que la medida Cautelar que dejó en suspenso la aplicación de los artículos 45 y 161 de la norma, que regulan las transferencias de Licencias y los plazos de aplicación, significa que “la Corporación ha encontrado trampas para que la voluntad popular no se lleve adelante.” La Corte deberá asumir la responsabilidad y tomar la decisión correspondiente, que no es otra que fallar a favor de la constitucionalidad de los artículos que están frenados. No puede demandar cuatro años por una medida Cautelar, esto también hay que tenerlo presente, la Cautelar refiere a dos artículos de la Ley, uno que le pone un tope de Licencias que puede tener cada dueño de Medios y otro que establece el plazo de un año para cumplirla. Además, ya la Corte expresó que no se trataba de un ataque a la libertad de expresión. La pregunta es entonces ¿por qué tanta demora? Puede ser porque esta Corte Suprema salvo honrosas excepciones, como el caso de Eugenio Zaffaroni, no puede alejarse de sus intereses corporativos y no esté a la altura de la historia. Ojalá me equivoque.
Escrito para Aluvión popular en el Proyecto Nacional, expresión de la argentina que trabaja
http://aluvionpopular.com.ar/ 

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